Biografías que inspiran

¿Quiénes lucharon contra Franco? La resistencia en la dictadura

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quienes lucharon contra franco
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Contra Franco lucharon principalmente el Partido Comunista de España (PCE), el PSOE, la CNT y otros grupos políticos en la clandestinidad. Los maquis o guerrilleros antifranquistas mantuvieron la lucha armada en las montañas desde 1939 hasta 1952, realizando miles de acciones contra el régimen. El movimiento estudiantil universitario, especialmente desde los años sesenta, y Comisiones Obreras desde las fábricas también fueron actores clave en la resistencia contra la dictadura.

GrupoPeriodo de mayor actividadAcciones principales
Partido Comunista (PCE)1950-1975Infiltración sindical, movilización de masas, organización clandestina
PSOE1939-1975 (debilitado en interior)Resistencia en exilio, redes clandestinas
CNT (anarquistas)1939-1950Guerrilla, acciones armadas, resistencia urbana
Maquis (guerrilleros)1944-1952Lucha armada en montañas, sabotajes, más de 8.000 acciones
Movimiento estudiantil1956-1975Manifestaciones, huelgas, sindicatos democráticos
Comisiones Obreras1962-1975Huelgas obreras, organización en fábricas
Cristianos de base (JOC, HOAC)1960-1975JOC, HOAC, apoyo a obreros y estudiantes
ETA1959-1975Lucha armada, nacionalismo vasco

Los partidos políticos en la clandestinidad

El Partido Comunista de España (PCE)

El PCE se convirtió en la principal fuerza de oposición durante la dictadura. Tras la guerra civil, su dirección se refugió principalmente en la Unión Soviética, Francia y México, mientras miles de militantes quedaron en España bajo constante persecución. A partir de los años cincuenta, el partido cambió su estrategia: abandonó la lucha armada y optó por la infiltración en las estructuras sindicales del régimen y la movilización de masas.

En 1956, el PCE lanzó la política de Reconciliación Nacional, que buscaba superar las divisiones de la guerra civil y atraer a sectores más amplios de la sociedad. Esta estrategia les permitió convertirse en la organización hegemónica del antifranquismo durante los años sesenta y setenta, aunque nunca consiguieron articular una alianza política amplia con otras fuerzas opositoras.

El Partido Comunista de España (PCE)
El Partido Comunista de España (PCE)

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE)

El PSOE vivió una situación más compleja. La dirección del partido, liderada por figuras como Indalecio Prieto, mantuvo su sede en el exilio y durante años mostró reticencias a colaborar con los comunistas. En 1947, rompieron la unidad democrática al retirarse del gobierno republicano en el exilio, lo que debilitó considerablemente la lucha antifranquista.

En el interior, el PSOE intentó mantener estructuras clandestinas, pero la represión fue devastadora. La última ejecutiva socialista en España estuvo presidida por Tomás Centeno, quien tras ser detenido y torturado en 1953, se suicidó en su celda. Después de esto, el partido trasladó definitivamente su dirección a Francia.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE)

Los anarquistas y la CNT

La Confederación Nacional del Trabajo sufrió una profunda división interna. Una facción, conocida como CNT «política», llegó incluso a colaborar con sectores monárquicos, mientras otra mantenía posturas más tradicionales. Los anarquistas fueron especialmente activos en la guerrilla durante los primeros años de posguerra, pero la represión y las divisiones internas limitaron su capacidad organizativa.

Los anarquistas y la CNT
Los anarquistas y la CNT

El POUM y otros grupos

El Partido Obrero de Unificación Marxista, ya debilitado tras su ilegalización y la represión durante la guerra civil, intentó mantener una presencia testimonial, aunque acabó reducido principalmente a una organización de exiliados.

La guerrilla antifranquista: el maquis

Los guerrilleros, conocidos como maquis, representaron una de las formas más directas de resistencia armada. Su origen se remonta a los republicanos que, ante el avance de las tropas franquistas, decidieron refugiarse en las montañas para evitar la represión.

Origen y desarrollo

Muchos de estos guerrilleros habían participado previamente en la resistencia francesa contra la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Entre 1944 y 1948 vivieron su periodo de mayor actividad, cuando incluso intentaron invadir España por el Valle de Arán en octubre de 1944.

La Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA) fue una de las más importantes, organizando sabotajes, ocupaciones de pueblos y acciones armadas. En zonas como Galicia, León, Asturias o Andalucía surgieron también importantes focos guerrilleros. Según datos franquistas, entre 1943 y 1950 se registraron más de 8.000 acciones, con un máximo de actividad en 1946 y 1947.

Represión y declive

El régimen respondió con dureza. En 1947 se aprobó legislación específica contra el «bandidaje» y se declararon zonas de guerra en las áreas con actividad guerrillera. La represión no solo afectó a los combatientes, sino también a sus familiares y enlaces: más de 17.000 personas fueron detenidas como «encubridores» de la guerrilla.

Para 1952, el PCE decidió desarticular sus últimas unidades guerrilleras. La falta de apoyo internacional tras la consolidación de la Guerra Fría y la brutal represión hicieron insostenible la lucha armada.

El movimiento estudiantil

Los sucesos de 1956

La universidad se convirtió en un espacio clave de oposición. En febrero de 1956, los estudiantes madrileños publicaron un manifiesto contra el monopolio del Sindicato Español Universitario (SEU), la organización falangista obligatoria. Los enfrentamientos resultantes llevaron a Franco a cesar al rector, al ministro de Educación Joaquín Ruiz-Giménez y a otros responsables, dejando claro que la universidad estaba perdida para el régimen.

Los sucesos de 1956
Los sucesos de 1956

La Capuchinada y los sindicatos democráticos

En 1966, los estudiantes barceloneses se reunieron en el convento de los Capuchinos de Sarrià para constituir el Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Barcelona (SDEUB). Tras tres días de asedio, la policía irrumpió y detuvo a los participantes. Este modelo de sindicato democrático se extendió por otras universidades españolas.

El movimiento estudiantil de los años sesenta y setenta conectó la lucha por la democracia universitaria con la lucha por la democratización de España. Miles de jóvenes, muchos provenientes de la nueva clase media urbana, canalizaron su rechazo al régimen a través de manifestaciones, asambleas y huelgas.

Comisiones Obreras y el movimiento obrero

A partir de los años sesenta, el movimiento obrero experimentó un resurgimiento notable. Las comisiones de obreros, elegidas al margen de los sindicatos verticales franquistas para negociar durante las huelgas, evolucionaron hasta convertirse en Comisiones Obreras, un movimiento social y político que desafió a la dictadura desde las fábricas.

Las huelgas en la minería asturiana fueron especialmente significativas. En 1958, la intensidad de las protestas llevó a Franco a decretar el estado de excepción en la región. Durante los años sesenta y setenta, las movilizaciones obreras se extendieron por todo el país, desafiando la estructura sindical del régimen.

Otros sectores de resistencia

Movimientos cristianos de base

Sectores del catolicismo, especialmente las Juventudes Obreras Católicas (JOC) y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), jugaron un papel fundamental en la organización de la oposición obrera y estudiantil. Este activismo cristiano de base representó una ruptura con la jerarquía eclesiástica, tradicionalmente alineada con el régimen.

Nacionalismos periféricos

En el País Vasco surgió ETA en 1959, que evolucionó desde el nacionalismo radical hacia la lucha armada. En Cataluña, movimientos nacionalistas también contribuyeron a la oposición, aunque con estrategias diferentes.

Resistencias cotidianas

Más allá de la oposición organizada, miles de personas practicaron formas de resistencia cotidiana: el estraperlo como forma de supervivencia y desafío económico, el mantenimiento de la memoria republicana en el ámbito privado, o pequeños actos de desobediencia que, aunque menos visibles, también minaron las bases del régimen.

Conclusión

La resistencia contra Franco no fue un movimiento único ni homogéneo. Comunistas, socialistas, anarquistas, guerrilleros, estudiantes, trabajadores, cristianos de base y nacionalistas, cada uno desde sus propias perspectivas y métodos, mantuvieron viva la oposición a la dictadura. Las divisiones entre ellos debilitaron su efectividad, pero su persistencia durante cuatro décadas demostró que la dictadura nunca logró el consenso social que pretendía. La dictadura pudo mantenerse gracias a la represión brutal, el apoyo internacional y las divisiones internas de la oposición, pero nunca consiguió acabar con la resistencia.

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